La UE restringe la exportación a Libia de lanchas y motores en la lucha contra la inmigación ilegal

Inmigrantes africanos esperan ser recatados en alta mar cerca de Libia.

Inmigrantes africanos esperan ser recatados en alta mar cerca de Libia.

SILVIA MARTINEZ / BRUSELAS

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La Unión Europea se ha marcado como objetivo reducir al máximo el número de inmigrantes que llegan a las costas europeas y para ello sigue ampliando su abanico de medidas. A la formación de guardacostas libios, para que sean ellos quienes impidan la salida de embarcaciones de las aguas territoriales del país, se suma ahora la decisión de introducir restricciones a la venta de lanchas hinchables y motores a Libia que puedan servir a los traficantes para embarcar inmigrantes con destino a Europa.

“Queremos complicarles las cosas para que no puedan continuar con su negocio”, ha justificado este lunes la alta representante de la UE para la política exterior, Federica Mogherini tras la reunión de jefes de la diplomacia europeos celebrada en la capital europea en la que han abordado el plan migratorio y la situación humanitaria en Libia donde 1,3 millones de personas requieren de asistencia. La medida forma parte de la batería de iniciativas contra las mafias que trafican con personas para impedir que accedan a medios con los que seguir expandiendo su negocio entorno a los inmigrantes, las drogas, las armas o el petróleo.

Los 28 también han aprobado la extensión hasta el 31 de diciembre de 2018 de la operación civil EUBAM Libia, que asesora a las autoridades libias en la gestión de las fronteras y en particular en las del sur del país. Un “marco útil para la cooperación” con los países del Sahel, según Mogherini, que ha permitido a Niger, por ejemplo, detener este pasado domingo a 26 traficantes de personas. La UE seguirá trabajando en la planificación de una misión civil en el campo de la reforma del sector de la seguridad civil y una posible célula en Trípoli aunque de momento no se dan las condiciones de seguridad para ello.

En lo que sí ha habido algunos avances ha explicado Mogherini es en la formación de guardacostas y en el acceso a centros migratorios en el país. La operación Sophia, cuyo mandato expira a finales de mes y que esperan renovar en breve, ha formado hasta el momento a 113 guardacostas y tiene ya identificados a otros 75 candidatos para una nueva fase de formacion en septiembre. Un paso positivo, según Mogherini, porque permitirá a las autoridades europeas conocer las actividades que pueden desempeñar en sus aguas territorias. “Al final lo que queremos es que se haga el trabajo”, ha dicho.

“CONDICIONES TERRIBLES”

Las condiciones de vida en los centros de retención de inmigrantes en el país forman parte de las continuas denuncias de las organizaciones no gubernamentales. La jefa de la diplomacia europea ha admitido que es uno de los elementos que les preocupa, pero ha recordado que en los últimos meses tanto la Organización Internacional para las Migraciones como el ACNUR han logrado acceder a algunos de estos centros. La ruta del Mediterráneo y la situación en Libia ha sido de hecho el plato fuerte durante el debate celebrado en el almuerzo al que han asistido los máximos responsables de los dos citados organismos, William Lazy Swing y Filippo Grandi respectivamente.

Ambos  han admitido que las condiciones son extremadamente malas y han reclamado la búsqueda de alternativas a la detención. “Las condiciones son terribles y habitualmemte visitamos los menos malos así que imagínense las condiciones en los demás, son peores”, ha explicado Grandi. “Necesitamos transformar, salir de la lógica de detención y establecer centros de recepción donde podamos tener acceso a las personas que necesitan nuestra ayuda y darles soluciones en condiciones más apropiadas”, ha reclamado.

Tanto el ACNUR como la OIM tienen acceso a una veintena de los más de treinta centros que hay pero sus responsables admiten que hay mucho trabajo por delante. “Lo primero que hay que hacer es separar a hombres de mujeres, crear centros separados, mejorar las condiciones y eventualmente tratar de convertirlos en centros de recepción abiertos donde puedan entrar y salir”, han reclamado.